Un apagón masivo sin precedentes afectó al 95% de la población de Chile, dejando sin electricidad a casi 20 millones de personas. El apagón comenzó a las 15:16 horas del martes y se extendió por varias horas, causando preocupación y desafíos para la población.
El presidente Gabriel Boric decretó un Estado de Excepción Constitucional de Catástrofe en las regiones afectadas, lo que permitió la movilización de recursos y personal para abordar la emergencia. Además, se estableció un toque de queda desde las 22:00 horas del martes hasta las 6:00 horas del miércoles para garantizar la seguridad pública.
Afortunadamente, gracias a los esfuerzos de recuperación liderados por el Coordinador Eléctrico Nacional y las empresas eléctricas, a las 00:00 horas del miércoles, el 90% de los hogares ya contaban con electricidad. Para la mañana del mismo día, la cifra ascendió al 94%, lo que permitió una gradual normalización de las actividades cotidianas.
El presidente Boric responsabilizó directamente a la empresa ISA Interchile por la falla en la línea de transmisión que provocó el apagón y anunció sanciones. La empresa deberá responder por la falla y tomar medidas para evitar que se repitan este tipo de incidentes en el futuro.
La emergencia también puso a prueba la capacidad de respuesta de los servicios públicos, como los hospitales y las cárceles, que pudieron seguir operando con generadores de emergencia. Sin embargo, se reportaron algunas afectaciones en la atención médica y en la seguridad pública.
En resumen, aunque el apagón masivo en Chile fue un evento grave, la respuesta rápida y efectiva de las autoridades y los servicios públicos permitió minimizar sus efectos y restaurar gradualmente el servicio eléctrico.